En una sala llena de personas desconocidas, con caras vacías, me duele el estómago y mi parpado se cierra involuntariamente, es un tick nuevo, es un distintivo más que me separará de esta realidad absurda que he decidido continuar viviendo.
Me mantengo solo, rodeado de gente, esperando ser esperado... abrazando al aire, separándome de los demás.
Hay un reloj cuadrado en la pared, con un marco vistoso y colorido, pero el tick tock siempre es frío cuando esperas de esta manera.
Necesito audífonos y una nueva cámara, para huir y retratar mis huellas, para saber por qué me fui y para poder sufrir cuando me sienta menos especial.
Mi teléfono suena, soy el punto de atención por una fracción de segundos. Número desconocido, una voz familiar, mi respiración cambia de ritmo cuando escucho: "hola, cómo te sientes?". Cuelgo. - No me vas a sacar de este estado.