domingo, febrero 26, 2006
Día 12
Naturalmente, perdí el desayuno, me desperté a la 1 de la tarde o algo así, y me puse a ver Evangelion con Toño, cuando era joven esa serie me traumó un rato. Se siente bien ver cosas/lugares/personas que me gustaban mucho en algún tiempo.
Vimos 7 capítulos de la serie. Luego a comer. Hoy comí alcachofas, no me gustaron, también pastel de carne, está bien raro porque es carne molida, con arroz y puré de papa es lo de arriba del pastel, me comí todo, hasta las mentadas alcachofas [rebajé el sabor con pan], tenía mucha hambre.
Nos pusimos a jugar otro rato Play Station 2, otra vez el de chútale, un buen rato. Después Toño quería ir a misa, y para no quedarme en la residencia decidí acompañarlo. Me bañe, por fin, me puse ropa limpia y mi chamarra inmortal, y para eso de las 19:30 ya estábamos esperando el autobús al centro de Alcalá.
Al parecer la huelga de mañana es inminente, escuché a un señor decir que estarán en huelga 2 días y que si sus demandas no se cumplen que continuarán, no sé cuales sean sus demandas. Los domingos los autobuses pasan 1 vez cada 20 minutos aproximadamente.
En el camino hacia el centro, dentro del autobús, me iba durmiendo, sentía los ojos muy pesados, recuerdo que en pedazos de camino me dormí, recuerdo estar escuchando la canción de The Boy’s Republic de Deftones, esa canción me fascinaba hace algunos añitos, recuerdo estar medio dormido, abrir los ojos, ver un letrerito luminoso en el camino y pensar: “esa canción me gustaba mucho, me gustaba cantarla y sentirla, ahora solo abre un cajoncito de recuerdos”, después mi cabeza se sostuvo sobre la ventana y cerré los ojos.
Llegamos al centro a las 20:24, el frío me despertó, mientras caminábamos, comenzaban a caer gotitas de lluvia y escuchamos las campanas de la iglesia, a lo lejos, la misa comenzó a las 20:30 creo. No encontrábamos la dichosa iglesia, con eso de que aquí todas las edificaciones parecen iglesias. Pero finalmente nos topamos con la que buscábamos.
El padre de la iglesia estaba dando un sermón sobre el amor y la unión y el matrimonio sagrado, su voz se escuchaba fuerte y claro en la iglesia, con algo de eco, había bastantes bocinas, grandes, de esas como rectángulos delgados, en las paredes perfectamente distribuidas; la iglesia en sí no era muy grande, pero tenía muy buenas pinturas, de hecho, justo detrás del padre el mural jugó un rato con mis ojos, pues era un mural que, entre otras cosas, ilustraba unas columnas, el detalle de volumen era tan bueno que me mantuvo ahí atento buen rato tratando de convencerme si realmente era una imagen plana o en realidad había columnas ahí.
La misa se desarrollo muy similar a las misas en México, bueno de lo que me acuerdo de las misas, no soy de ir a misa, pero por lo que recuerdo de niño, cuando iba al catecismo y esas cosas, aunque también yo era el típico niño que se dormía en misa, daba cabezazos por todos lados, hasta que finalmente encontraba una esquinita o un brazo cómodo en dónde apoyarme.
De todos los cantos y rezos que escuché ahí solo me medio supe el padre nuestro, de hecho me sentí raro ahí, no porque tuviera algo en contra de la fe católica o Dios, solo, que hacía tanto que no asistía de manera voluntaria a misa, que todo ese cuadro me resultó extraño, pensé: “soy una buena persona, pero si esto es verdad, es muy probable que me vaya al infierno”.
Salimos de misa a las 21:10, salimos mientras la gente cantaba como una especie de despedida, lo último que escuché fue un “Aaaa aaaleeeluuu uuu yaaa”; Toño me explicó después que teníamos que haber esperado a que se retirara el padre, pero como yo empecé a ver que la gente se iba pues, supuse que era como en las películas, cuando empieza la musiquita y salen los créditos de producción.
La lluvia ya estaba arreciando, caminamos rápido hacia la calle mayor, a los lados de ésta, hay negocios protegidos por techos enfrente, caminamos por ahí. Revisé en la tienda de los asiáticos si tenían un adaptador de corriente para poder cargar mis baterías, tenían uno, pero estaba medio chafa, ¡me urge solucionar el problema de las baterías!
En la Plaza de Cervantes, esperamos el autobús, tomé algunas fotos mientras esperábamos, con la poca carga que me quedaba. De vuelta en la residencia, Carlos me dijo que mi madre había llamado, le llamé enseguida, me contó que llevó al perrito nuevo al vet, que no va a crecer mucho, que es algo así como un chihuahueño cruzado con no saben que y que le quiere poner Harry porque mi mamá es fan de Harry Potter, o que tal vez Dexter. Le pregunté por mi perro viejo, dice que está mejor, que desde que el pequeño está en casa que se mueve más, que lo ve con ánimos, pero que el veterinario le advirtió que pronto comenzará a decaer hasta morir. No quisiera que mi perro se muera mientras yo no esté cerca y me da gusto que se esté acoplando con el nuevo.
Mi madre me llamó para felicitarme de una vez por mi cumpleaños, por si no tiene chance de hacerlo el mero día, me dijo que ya se me escuchaba raro el tono, “¿ya se te pegó tan rápido?”, me preguntó con una risita, me reí.
Me acomodé en la sala con Bea, Carlos y Toño, estaban viendo la tele, específicamente, una serie de comedia española llamada “7 vidas”, al parecer la serie ya lleva unos 7 años al aire, aún me resulta curioso que no se censure nada acá, dicen todo. Si está chistosilla la serie, al terminar nos pusimos a ver Ocean’s Eleven, doblada, claro está. Para cuando finalizó ya pasaba la media noche, me fui al cuarto, escribí un poco [un poco, je], me voy a lavar los dientes y a la meme, que mañana hay escuela.
Unknown 5:36 p.m.
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