viernes, marzo 17, 2006
Día 28 [14 de marzo 2006]
Quería despertarme a las 8:30 para alcanzar el desayuno, y justo eso sucedió, me desperté sin ayuda del despertador, a las 8:25. Fui a desayunar y me regresé al cuarto, mi clase de digitales era hasta las 12:00 así que tuve tiempo para hacer algunos ajustes al programa que tenía que hacer para el laboratorio de digitales.
Me bañe y me fui caminando rápido a la escuela, estuve atento a clase, aunque está vez volví a perderme en varias cosas de las que hablaba el profesor, pero seguía con actitud positiva.
Salí de clases deteniéndome a ver las pequeñas cosas en la banqueta, las ramas de los árboles, las hojas secas en el suelo, etc. Al llegar a los terrenos de las residencias me encontré con algo que hacía muchos años no veía, un funeral de pequeñas criaturitas. La primera vez que recuerdo haber visto algo así, fue un día lluvioso en la UABC.
Me llama mucho la atención la dinámica que tienen esas pequeñas criaturas, [artrópodos, moluscos, etc.], se organizan de una manera muy curiosa, me intriga su forma de vida, quisiera saber si se despiertan todos los días y siguen la misma rutina como maquinitas, o si a veces hacen unas cosas y a veces otras, quisiera saber cuales son las cosas que las hacen batallar, que cosas comen, etc. Cuando era niño, tapaba los agujeros de las hormigas solo para verlas salir de la tierra nuevamente; me gusta el color de la tierra que rodea normalmente sus guaridas.
Tomé algunas fotos al evento y me fui a comer. Después hice unos ajustes finales a mi tarea del laboratorio de digitales y regresé a la escuela. El profesor me dijo: “para ser la primera vez que cursas este laboratorio vas bastante bien”, me sentí muy bien, la verdad es que me dio muchos ánimos; es necesario mencionar que no hubiera sido tan sencillo obtener buenos resultados sin la ayuda de mi súper tutor de la UABC, que la verdad considero como un amigo, me hizo un buen paro explicándome algunas cosas que no entendía bien, se está ganando un llaverito.
En la noche fui al Mercadona a comprar algunas cosas para gusguear de vez en cuando. Me senté un rato en la banqueta cuando regresaba del Mercadona hacia la residencia, y solo contemplé la calle, me sentí relajado de una manera extraña, porque no era como un paisaje hermoso el que veía, solo la calle. Hay ciertos momentos en el día en el que solo me detengo y como que vuelve esa sensación de incredulidad, de que estoy aquí, a muchos kilómetros de Tijuana; es en esos momentos en los que los colores de la ciudad me atrapan y la verdad no quisiera soltarme de ellos, soy muy feliz aquí.
Dormí a gusto, dormí temprano.
El Funeral De Los Artrópodos
Suelo Rojo
Unknown 7:40 p.m.
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