viernes, marzo 24, 2006
Día 37 [23 de marzo 2006]
Me he dado cuenta de que ya me acostumbré a la leche con chocolate que no sabe a chocolate, al jugo de naranja que se llama zumo y que sabe a mucha naranja, al pan con relleno de chocolate por las mañanas como platillo fuerte de desayuno.
No me he acostumbrado al horario, porque me aferro a mis amigos en Tijuana, y una vez que entró en el borlote, sólo una bendición me puede mandar a la cama. No me he acostumbrado al olor a cigarro, ni a las películas dobladas al castellano. Me he acostumbrado a comer mucho, mucho por la tarde, mucho por la noche.
Tempranito desperté y a la escuelita me dirigí. Hoy estuve bastante bien en clases, no porque haya sido brillante, sino porque conseguí no cabecear ni una sola vez. Saliendo de la escuela me fui derechito a la residencia, a ver si ya había Internet, y YUJU!, ya, al fin, fuy tan feliz, jajajaja, ya esto es una enfermedad… Es que sin Internet, no me enteró de los chismes, y soy muy chismoso.
Estuve revisando cosas por todos lados hasta que fue la hora de la comida. Ahora no comí tanto como otras veces, guardé el pan, para cenar algo en la nochesuca. Después me puse a leer mi súper libro. Ya voy en el capítulo 6, hell yeah!. Me gusta que los capítulos sean de cómo 3 hojas, porque así siento que avanzo mucho. He visto los cortos de la película [después de comenzar a leer el libro, claro] y lo que vi en ellos ya lo había leido, jijiji, fue buena la sensación.
Me quedé dormido leyendo, como todo un naco, que lee para dormirse, pero, es que…. Una de las cosas a las que también me estoy acostumbrando es a la siesta, ¡ah! Pero que rica es la siesta, la ciudad se muere por unas 2 o 3 horas, panza llena, corazón contento y ojitos cerrado. Nada mejor para pasar la media tarde.
Recobré el conocimiento como a las 18:00, me aventé un caker de relajamiento y alisté algunas cosas para irme a la clase de Montaje y Edición de Video Digital. He decidido, acostumbrarme a caminar más. Caminaré cada vez que tomar el autobús no sea absolutamente necesario.
Salí de la residencia a las 19:20, y me fui corriendo, sabía que sería más de una hora andando, le pushee play a mi mp3player, esta vez lo puse en shuffle, el primer track que escuché fue: “Can You Play Drums” de Starflyer 59.
Estaba lloviznando, y arreciaba con cada paso que daba, pensé: “debí haber traído mi chamarra contra el agua”. No iba muy lejos, pero no quería regresar, ni tomar el autobús, se rompería la magia. Apreté el paso y seguí con la cara al frente. Muchas veces cuando llueve tengo un jueguito, de poner mi cara como si no hubiera lluvia, porque la mayoría de las personas, fruncen el ceño cuando llueve, o cierran un poco sus ojos, yo trato de ir como si nada, me gusta ver las gotas de agua en mis pestañas, las luces de los autos les regalan colores interesantes.
No saqué mi cámara, porque estaba ocupado jugando a ser más fuerte que la lluvia. Corrí mucho [me voy a poner bien piernudo seguramente], y caminé rápido más.
Los colores de la ciudad toman cierta viveza extraña cuando están mojados, los suelos rojos, resaltan mucho y se contrastan muy bien con algunos barandales como azules. La luz que se filtra entre las nubes decora ciertas calles, de una manera alucinante de verdad, porque se estampa contra algunas hojas mojadas de los árboles o charquitos en la calle y es como si se prendieran, como de pronto brillan mucho, es realmente una vista preciosa. [resalta como en la película de Amelie, en una toma donde se ve el cuadro de la calle con edificios, centrada en el puesto donde vendían frutas, porque se ve como todo gris, menos el puestecito, que resalta verde verde, con otros colores]
Llegué a clase, a las 20:15. No había nadie, solo estaba Natalia [la profesora] sentada frente a su laptop, por lo regular soy el último en llegar. “y los demás” dije, mientras recogía un poco mis hombros y alzaba mis manos como hasta la altura de los codos con las palmas abiertas hacia el techo, “la lluvia los ha pillado” me contestó con un tono de decepción, mezclado con agobio “te toca escoger ordenador”, en eso entró Federico [el coordinador de fotografía], “pues, ya tienes un alumno, ya es suficiente”, le dijó a Natalia.
Se suponía que veríamos primero algo de teoría, pero como no habían llegado los demás, mejor comenzó a explicarme algunas funciones del Pínnacle para la próxima práctica. Estuve entrado trabajando con eso. Como a la hora llegó Marta [al fin supe como se llamaba la chica que me da raite a veces], eran las 21:20, nos mostró como había quedado su práctica anterior, le quedó bien, hizo un contraste de la vida rutinaria [trabajo, escuela y esas cosas] y la libertad [surfing, viajes, etc.] usando de fondo la canción de Clocks de Coldplay, si me memoria no falla.
Al parecer esta segunda práctica nos va a llevar un buen tiempo, pero me interesa bastante.
Y Marta nos dijo que se va de vacaciones, por 10 días a Argentina. En el camino a la residencia [porque me llevó], me contó que va en plan mochilazo, que por octubre del año pasado lo había hecho también y que le encantó la sensación, el caso es que con toda la plática terminó animándome a hacer lo mismo. Nueva meta, viajar de mochilazo, al menos por algunas ciudades de México primero, mientras junto feria para ir más allá.
En la residencia conocí al nuevo tripulante, un chico brasileño, llamado Raphael [que lo pronuncia como Jafaue, o algo así], el caso es que todos lo llamamos Rafa, vino con un amigo que está en otra residencia, se llama Luis creo, vinieron a aprender español, creo que su plan es trabajar y vivir aquí un rato y luego regresarse a Brasil, son licenciados en turismo creo.
Me dormí tarde porque me entretuve en el chismorreo, de hecho me fui a dormir no porque tuviera sueño, sino porque tenía mucha hambre y no tenía nada para comer.
Unknown 5:51 p.m.
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