lunes, abril 10, 2006
Día 51 [6 de abril 2006]
A las 7 en punto se activó la alarma del despertador, es un sonido agudo intermitente, típico de los relojes despertadores baratos. No tenía muchos ánimos de levantarme aún, así que lo apagué y me cubrí nuevamente con las sabanas.
Hay un estado al que llego, a veces cuando estoy dormitando, estoy medio conciente, medio dormido, en mi mente se empiezan a formar imágenes, como de un sueño, empiezo a ver personas y cosas, pero estoy medio al tanto de que estoy dormido.
Entonces estaba entrando a ese estado, a ver caras extrañas y lugares lejanos, cuando una voz por allá a lo lejos dijo: “¡te estás quedando dormido!”. Me ha pasado varias veces, que estando dentro de un sueño me doy cuenta de que no es real y lo he aprovechado a mi beneficio, ya sea para despertarme o para girar las cosas y que sea aún más placentero.
Eran las 7:30, todavía buena hora para bañarme, acicalarme e ir a la escuela y llegar a tiempo. Ya tenía rato sin llegar antes que el profesor. Me senté en una de las bancas de metal que hay en el pasillo donde está el laboratorio a esperar, mientras escuchaba el cd de Turn On The Bright Lights de Interpol.
Saliendo del laboratorio, que está en el segundo piso [o primer planta, porque al primer piso le llaman planta baja] en el edificio oeste, bajé las escaleras y me fui al salon A4. Me senté en la fila de enfrente, con el libro abierto, me puse a leer para pasar el tiempo.
Pasaron 10 minutos y no veía que el profesor apareciera, me pareció extraño y hasta pensé que no tendría clase, porque él siempre llega a tiempo. De repente, apareció un señor, con bata de laboratorio blanca, de cabello gris y con unos lentes de armazón grande. Mi primera impresión, al verlo entrar, fue de que era un sustituto, pero luego que vi la bata y su cara, no me pareció que diera clase de digitales, me entró una especie de pánico, recogí mis cosas y salí rápidamente por una de las puertas del salón.
- ¡Te equivocaste de edificio wey! – pensé, y solté una carcajada -. La clase es en el edificio sur.
En está escuela todos los salones son parecidos, todos los pasillos de los mismos también se parecen, y los salones son A1, A2, hasta el A8, solo cambia de color, dependiendo del edificio en el que estés. El sur es amarillo, el este es verde, el norte es azul y el oeste es rojo.
Naturalmente mi clase ya llevaba 13 minutos de empezada cuando llegué, traté de no hacer mucho ruido con la puerta ni con el asiento y me senté atento a clase. Transcurrieron normalmente mis clases de digitales y de control. Salí con hambre a la residencia, pero gustoso de que las vacaciones al fin habían llegado.
Aún faltaban 2 horas para la comida, me comí una rebanada de pan y me tiré sobre la cama, siesta.
Desperté a las 15:00 y fui al comedor, con mi libro en mano, para aprovechar el tiempo. Comí hasta casi reventar, fue de esas veces en las que uno como que siente dificultad para respirar y para moverse, me voy a poner bien cerdo a este ritmo.
Carlos me ha prestado varias películas que tiene, casi todas exclusivamente en castellano. Después de comer me puse a ver 54 [a.k.a. Studio 54], una buena película, pero no una gran película acerca de una disco que existió en New York a finales de los 70’s, entretenida y divertida en algunas ocasiones, le doy un 7.68 de 10.
Luego, a clase de Montaje y Edición de Video Digital, tarde pero con calma. Natalia nos dio los videos para que pudiéramos trabajar con ellos en casa y para que al regresar de vacaciones ya tuviéramos terminada la práctica.
Al parecer los jueves van a ser de baile, de bares, de olor a cigarro, de calor y de frío, de gente a medio conocer y de gente nueva, de música repetitiva, de caminar, de caminar mucho de noche, de llegar a la residencia tan tarde que realmente es temprano.
Cuando iba llegando a la residencia, me encontré con Toño, Rapha, Perico [el amigo de Carlos] y Luís, iban ya, tan temprano [22:30] al Gabanna, se irían en el auto de Perico, la verdad, me dio gusto que ya se fueran, para no sentirme presionado a alistarme y eso, les dije que los alcanzaría allá, la prisa de ellos era el pisto gratis antes de la media noche, y como yo soy aburrido, pues no me interesa el alcohol, mejor tomarme mi tiempecito, comer algo, saludar a amigos allá a lo lejos y tomarme todo con calma, como me gusta.
Salí, sereno a la 1:00 menos 10, caminar de noche por estas calles cada vez más familiares me da una tranquilidad inigualable, comparable tal vez con caminar por ellas en la tarde; o como cuando, hace casi un par de años, me tiraba en el césped en la UABC, solo a ver el cielo o a dormitar.
A pesar de lo relajado que iba, caminando, me dieron ganas de escuchar algo violento, el cd seleccionado fue: Onset Of Putrefaction de Necrophagist, uno de esos cds de death metal del bueno, pero además con unos requintos muy bien elaborados, y con un tiempo que nomás no disminuye, muy, muy buen cd.
Ya no tomó el camino por el que solía pasar al dirigirme al centro de la ciudad, porque me di cuenta de que camino menos si me voy por el rumbo donde vive Kony [una de las alemanas que conocí la semana pasada] me ahorra más tiempo y esfuerzo, porque no tengo que subir puentes ni dar tantas vueltas, además que a decir verdad, ya me estaba aburriendo de ver los mismos edificios.
No había ni una persona por las calles, era como si de repente la ciudad hubiese sido un enorme escenario solitario, donde el único personaje era yo, con mis audífonos en los oídos, una botella de agua a medias y mi paso rápido habitual, atravesando una escena fría con luces tenues y un cierto sentimiento de melancolía en el aire, pero a la vez, con una sonrisa muy notable en mi cara. Soy feliz. [contradictorio, pero así es]
Llegué al bar como a eso de la 1:30, había bastante gente, como suele haberlo a partir de la media noche. Eché un vistazo mientras me dirigía al baño, no vi a nadie conocido. Después de mi breve visita al pipiroom atravesé nuevamente la pista de baile y, ahora, me topé con mis compas, Vítor ya se los había alcanzado, estaban bailando en un circulo con Mónica y algunas de sus amigas, esta vez de plano no supe ni que show con sus nombres, solo noté, por su acento, que eran francesas.
Estuvimos bailando un rato, puse mi sweater sobre un mueble que había por ahí. Como a eso de las 2:15 los homies decidieron que ya era tiempo de irse. Yo me quedé, a penas estaba calentando, Perico se quedó también, estaba aferrado a ir tras 2 chicas que le gustan desde no sé cuántos jueves. Yo solo quería bailar, no quería pensar en conquistas.
Perico es gracioso, pero raro, tiene sus tácticas medias raras para bailar con chicas, me pedía que me quedara en mi lugar, ahí por donde él estaba, y que así las chicas iban a llegar solitas, yo quería ir a otro lado, sentía medio raro estar ahí bailando cerca de un dude. Soporté un rato, pero ya mejor me fui. Me puse bailar con otra francesa, una que había estado en el grupito con Mónica.
Después de un rato, me cansé y me salí. Luego regresé por mi sweater, para irme al Can Can [una nueva corrección, no es Kan Kan, es Can Can, ya leí el letrerito]. Perico se acopló. En el camino me iba contando sus aventuras, de las cuales, la verdad, solo creí como el 33%, pero igual eran divertidas.
En el Can Can hay ropero gratis, te dan un ticketcito con el que recoges tus pertenencias a la salida, está arriba, por los baños. Dejé mi sweater ahí, es de mis sweaters favoritos, es un billabong beige gruesecillo, está decentón, pero igual es casual, cuando lo compré hasta pensé en comprarme otro igual, pero en gris [a veces soy fashion].
Fuimos al sótano, donde está la pista de baile. Perico se quedó sentado en unas bancas que están pegadas a la pared derecha, cerca de un cactus de mentiras. Me paré sobre la banca y busqué entre el montón de gente a alguien conocido, sabía que Mónica y sus amigas estarían por ahí. Cuando finalmente las encontré, fui de acople.
Estaba Mónica, con sus 2 amias polacas de la semana pasada [que no supe como se llamaban], una francesa morenita que rápidamente se fugó con un tipo pelón y de bigote, y otra polaca que se llama Asia [que se pronuncia Asha que es diminutivo de Johanna, que se escribe Joana, si, los polacos son raros].
Ahí estuvimos bailando y platicando, resulta que Asia estudia ingeniería en electrónica, pero ya está por terminar, solo le faltan como 2 asignaturas y 1 proyecto o algo así escuché distorsionado con el ruido de la música y las risas de la gente.
Como a las 3 y algo se fueron las polacas de la semana pasada y sólo nos quedamos Mónica, Asia, Perico [que se nos junto un rato, solo para irse unos 10 minutos después que las otras polacas] y yo.
Cuando finalmente quedábamos Monica, Asia y yo, Asia hacia caras de molestia porque había un tipo que estaba atrás de ella que la molestaba, es decir, el tipo no decía nada, pero era de esos que nomás están viendo a ver que chingados tocan, pero sin tocar, o sea, a ver…. Trataré de explicarme mejor… como los weyes que están en los camiones y nomás se pegan a la gente.
Me di cuenta de eso y la salida pacifica que se me ocurrió fue jalar a Asia y ponerme a bailar con ella, de esas de dar vueltas y toda la cosa, luego agarraba también a Mónica y le daba sus vueltecillas y así los tres estábamos rotando en el pequeño lugar que teníamos. Estuvo cool, porque pasamos de una situación incomoda a una muy divertida.
Ya como a las 4:08 de la mañana nos salimos del lugar aún atiborrado de gente. Pasamos al ropero por nuestras pertenencias y nos encaminamos hacia casa de Mónica. Mientras caminábamos, platicábamos de diferentes cosas, como los planes para semana santa, los cursos de español y cosas por el estilo.
Mónica vive cerca de la estación de tren, la dejamos concluyendo una conversación de cuándo usar el “podría” y el “pudiera”. Asia y yo caminamos por las calles, hasta su piso, me contó que en Polonia el doblaje de las películas es diferente al de España [obviamente el idioma, pero, esperen ahí viene lo bueno], resulta que [¿digo mucho resulta que?, bueno ya…] en Polonía, cuando doblan una película se escucha el audio original y sobre éste, se escucha la voz de una sola persona traduciendo los diálogos de todos los personajes. Al principio, al ver las películas dobladas en España, ella extrañaba la voz del señor polaco a la que estaba acostumbrada, lo que son las costumbres.
Yo le conté que extrañaba los AmPm’s que tan buen paro hacen al andar de madrugada por la calle, nada como llegar y sentarte a comer sopa Maruchan alrededor de una mesa negra. El AmPm me trae muchos buenos recuerdos, muchas risas, muchas historias, muchas miradas de guardias de seguridad claramente al borde de dormirse. El AmPm no es mexicano, pero ciertamente que es tijuanense.
Asia vive cerca del puente que ya no quiero cruzar tanto, pero tampoco me iba a dar toda la vuelta, así que lo atravesé cansado, escuchando música, algo más relajado y con bastante sentimiento en las letras: Digital Ash In A Digital Urn de Bright Eyes, resaltando de este cd una canción que se llama Ship In A Bottle, de la que me encantan las primeras líneas que van algo así: [coff coff]
I wanna be the surgeon that cuts you open
and fixes all of life's mistakes
I wanna be the house that you were raised in
the only place that you feel safe
I wanna be your shower in the morning
that wakes you up and makes you clean
I know I'm just the weather against your window
as you sleep through a winter's dream ♪
Llegué a la residencia a las 5:08, con las piernas cansadas y con un horrible olor a cigarro. Así que mi primera parada fue el baño, me deshice de las ropas apestosas y me metí a la regadera, el agua estaba calientita, me tallé como 3 veces la cabeza y el cuerpo, porque se me hacía que aún olía a humo de tabaco y nicotina, si hubiera sido mariguana, me hubiera importado poco y así me hubiera dormido, la mariguana no es tan apestosa como el tabaco, hasta huele rico a veces. [No, no soy ningún mariguana, solo que no es tan hedionda]
Como faltaba poco para el desayuno, me quedé despierto, esperando mi bendición y chismeando. Fui a desayunar como a las 8:30 y terminé durmiéndome a las 11:18 del viernes. Good Times.
Unknown 12:23 a.m.
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